El flamante ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, ya tiene ante si un problema en cartera y que tendrá que abordar con urgencia. Nada más tomar posesión de su cargo se encuentra con un panorama poco alentador en varios frentes. El clima de violencia e inseguridad en Gaza, que parece resolverse con el nombramiento de un nuevo gobierno afín a las tesis del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Abu Mazen, con el deseable aislamiento de Hamas, los sucesivos ataques desde esa franja contra territorio israelí, y la situación de Judea y Samaria (bajo control de la ANP), son asuntos candentes a tener en cuenta.
El deterioro de la convivencia de la población local en la franja de Gaza roza límites insoportables como consecuencia de los enfrentamientos entre las facciones de Al Fata y Hamas, hasta el extremo de que podría derivar en una catástrofe humanitaria o en conductas genocidas entre bandos contendientes. Parece que se impone la cordura y el sentido común y se opta por el diálogo, o al menos, por la mitigación de la violencia en esos territorios.
El reciente disparo de cohetes desde el sur del Líbano contra la frontera norte de Israel contraviene, de hecho, la resolución 1.701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que supuso el fin del conflicto bélico del verano del pasado año, y la consiguiente retirada de Tzahal del Líbano.
Según informaciones difundidas por el departamento de Prensa de Hagshama de la WIZO, tre cohetes 'katyusha' disparados desde el sur de Líbano impactaron en el norte de Israel sin causar heridos, pero si daños materiales, citando fuentes de la Policía israelí.
La emisora de televisión Canal 2 informó de que uno de los cohetes impactó en una fábrica y el otro contra un coche. El analista sobre asuntos árabes de esta emisora, Ehud Yaari, afirmó que el grupo Al Fatá al Islam era probablemente el responsable del ataque.
Ambos proyectiles impactaron en las inmediaciones de la localidad de Kiryat Shmonah. El alcalde de esta ciudad, Haim Barbivai, pidió una respuesta dura por parte de los gobiernos de Israel y de Líbano. "El cielo nos ayude si tenemos otro verano como el del año pasado. Sería una tragedia", afirmó en declaraciones a la emisora de televisión Channel 2 TV.
Con este nuevo escenario, el Gobierno de Israel, con su primer ministro a la cabeza Ehudo Barak, deberá actuar con firmeza, pero también con prudencia, de manera de que no caiga en la trampa de la provocación terrorista.
El Líbano se encuentra en una situación muy peligrosa, con una guerra civil en ciernes, como resultado de los enfrentamientos entre su ejército y la organización Al Fatá al Islam, y por las fuertes presiones de Siria e Irán.