Como es habitual, ISRAEL GRÁFICO reproduce para sus lectores en texto íntegro de la felicitación por Rosh Hashana del presidente del Estado de Israel (Simón Perez), con motivo del nuevo año hebreo, difundido por la Agencia Judía de Noticias (AJN) e ITON GADOL. En esta ocasión nos disponemos a celebrar el nuevo año 5768 y nos complace unirnos al deseo de la más alta magistratura del país, con los mejores deseos de paz.
“En los umbrales del Año Nuevo Judío, y al asumir la presidencia del Estado de Israel quisiera, ante todo compartir, con ustedes, mi más profundo y sincero deseo de continua prosperidad, seguridad, riqueza intelectual y bienestar para el pueblo judío del mundo, y para aquellos que buscan la paz y la tolerancia.
Es tiempo de unidad, tanto en nuestro hogar como en el exterior.
Dentro del marco más amplio, de dilemas y desafíos, que enfrentamos en la nueva era; el pueblo judío es convocado a tratar cuestiones e interrogantes que pertenecen a nuestra existencia; nuestro rol en las iniciativas mundiales y la conformación de nuestra propia identidad. Durante años, Israel fue percibido como un “problema” global. Hoy, son tantos los desafíos mundiales en la agenda israelí como las cuestiones que perturban al orbe entero.
De modo que, resulta necesario, que trabajemos juntos para abordar éstos y otros desafíos, no meramente para darles una respuesta, sino para soñar y crear; para determinar prioridades estratégicas, tan profundamente como lo demostramos a través de la historia, creyendo y cumpliendo. … Sólo con la consolidación de nuestros esfuerzos - los de Israel y el pueblo judío - podemos tender verdaderamente una mano para dar forma a nuestro futuro bienestar.
Al vivir en un mundo globalizado, la “realidad” se vuelve, inevitablemente, un fenómeno dinámico y siempre cambiante, dentro del cual - diferentes comunidades- se enfrentan a circunstancias y desafíos diversos. El pueblo judío no debe descuidar la importancia de reunir las voces individuales a través del mundo judío y combinarlas, en una totalidad abarcadora y significativa. Nuestra responsabilidad, como pueblo, es permitir que todas sean oídas. Tanto en Israel como en toda la Diáspora, debemos aprender el arte de la sensibilidad y la sabiduría, que nos permitirá extraer el potencial incrustado en esos sonidos.
Nuestro objetivo, a lo largo de este proceso, seguirá siendo la promoción de una cooperación beneficiosa, intelectual y cualitativa, para el bien de nuestro pueblo.
Una parte inherente de la herencia judía es buscar responsabilidades globales dentro del marco del Tikun Olam (corrección del mundo). A pesar de su pequeño tamaño, Israel probó que es capaz de crear una economía única. De modo similar, se convirtió en pionero mundial en el campo del desarrollo científico. Resulta crucial que, Israel, continúe tallando un rol por sí mismo, en la esfera de la ciencia y la tecnología mundial, y servir - como adelantada- en la infinita búsqueda de soluciones a los desafíos globales en diversos campos, entre otros, la educación, las telecomunicaciones, la agricultura y el calentamiento global.
El pueblo judío de todo el mundo fue, y continúa siendo, la piedra angular de esos logros. Juntos, el Estado de Israel y los judíos de la Diáspora, tienen el potencial inherente para contribuir a la promoción de la paz y la prosperidad, a nivel mundial en general, y consolidar la existencia judía, en particular.
A fin de convertir esas aspiraciones en realidad, la cooperación regional debe estar nutrida y, todos los recursos naturales y humanos disponibles, deben ser utilizados sabiamente, como apuesta a la promoción del desarrollo económico regional y la educación para la paz. Ninguna oportunidad puede perderse y toda iniciativa debe tomarse, a fin de sembrar la paz entre nosotros y con nuestros vecinos. Simultáneamente, debemos tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la vida judía, donde quiera que sea.
El Estado de Israel valora, profundamente, la participación de las comunidades judías del mundo en el proceso de garantizar su bienestar. Un valor específico es la continua participación de la juventud judía de hoy y la de los líderes del futuro. Al mismo tiempo que continuaremos apreciando, con orgullo, la herencia y la ética de nuestros patriarcas, nuestra mirada debe, también, posarse sobre nuestros chicos, porque debemos preparar – en esta nueva era- el terreno para su integración y crecimiento.
De hecho estamos de pie, al borde del presente. Aún enfrentamos todo tipo de desafíos y, el mayor, es no dejar galopar las esperanzas que nos pasan cerca. Este es nuestro propósito. Esta es nuestra plegaria.
En los umbrales de Rosh Hashaná, expreso, una vez más, mis más cálidos deseos personales a ustedes, a sus familias y a sus comunidades, por un año de paz y bienestar.
Atentamente,
Shimon Peres
Fuentes: AJN e ITON GADOL
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