© Rafael Ben-Abraham Barreto
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DE NADA nos servirán todas las plegarias y expiación de nuestras culpas y errores, si una vez pasado el umbral de Yom Kipur, tras el rezo de Neila, no nos desprendemos de los atavíos que nos corrompen y envilecen, si no somos capaces de reconciliarnos, primero con nosotros mismos, a causa de esos fallos, luego con los más cercanos a nosotros y con el Santo, Bendito Él. Aprovechemos esta nueva oportunidad para empezar de nuevo, como el año que hemos bendecido, para percatarnos de que siendo fuertes en la generosidad, la bondad y el amor, nos aproximaremos a la santidad que nos confiere el cumplimiento de las mitzvot o el conocimiento de las enseñanzas contenidas en la Torah que le fue entregada a Moshe en el monte Sinai (Har Horeb).Gmar vejatima tova. El Editor.