De acuerdo al caldendario hebreo el 12 de jeshvan se cumplen quince años del asesinato del primer ministro de Israel, Isaac Rabín. El 4 de noviembre de 1995 fue abatido por a tiros por la espalda por un extremista, Igal Amir, al término de un discurso en una plaza de Tel Aviv, con lo que ponía en jaque las esperanzas de entendimiento con los vecinos árabes propugnadas por el veterano político y abnegado militar que tuvo una participación clave en la liberación de Jerusalem Oriental en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Con la trágica muerte de este líder de la tolerancia, Premio Nóbel de la Paz, se esfumaron, en parte, los anhelos de reconducción del proceso negociador con los palestinos desde una perspectiva progresista y abierta, que, en algunos momentos, llegaron a resultar chocantes e incomprensibles por la carga de concesiones que implicaban para la seguridad nacional.
El presidente del Estado, Simón Peres, fue contundente en su discurso en memoria de Isaac Rabín, en el sentido de preservar su recuerdo para siempre y a no olvidar lo sucedido.
"Desde el Monte Sinaí hasta la Plaza Rabin (en Tel Aviv) hay un mandamiento que permanece firme a través de los tiempos: No matarás. No matarás a un hombre. No matarás una idea", dijo Peres en el primer acto de conmemoración por el decimoquinto aniversario de un evento histórico que puso contra las cuerdas a la democracia israelí, según relata la agencia española de noticias Efe.
El magnicidio, que se conmemora en Israel según el calendario hebreo, ocurrió el 4 de noviembre de 1995, cuando al terminar un mitin por la paz en una céntrica plaza de Tel Aviv el ultraderechista Yigal Amir disparó tres veces por la espalda al entonces primer ministro israelí.
Con el asesinato Amir buscaba truncar el proceso de paz que Rabin y el ya fallecido líder palestino Yaser Arafat habían iniciado en Oslo en 1993.
Peres destacó, al encender la vela de recuerdo en la Presidencia, que "la paz es el testamento y último deseo de Rabin".Señaló que “este fue un crimen que no debe ser perdonado u olvidado. No debemos permitir que el tiempo nos aparte del mandamiento de no matarás".
Estudios publicados estos últimos días por la prensa local demuestran que entre los más jóvenes se diluye progresivamente el legado y memoria de Rabin.
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