La presión del pueblo en la calle ha desalojado del poder al presidente de Egipto, Hosni Mubarak, después de 30 años de gobierno con mano férrea. Cuando fallan las libertades y el estómago aprieta, no hay fuerza capaz de contener el descontento que eso genera. Hoy 11 de febrero de 2011 es una fecha especialmente significativa, implica el fin de una era y el nacimiento de la incertidumbre, dado que se desconoce, por ahora, qué rumbo tomará la nueva administración que rija los destino de la nación del Nilo, la de las pirámides y de sus faraones, pero también la gran reserva histórica y cultural del Mediterráneo.
El estallido se inició en Túnez, y se ha extendido como un reguero de pólvora por el Magreb y Oriente Medio. La mecha amenaza con prenderse en Jordania y Siria. La esencia del poder reside en el pueblo y no en los imperios. La historia es un claro y contundente ejemplo de los antiguos faraones de Egipto, los imperios babilónicos, griego, romano, árabe (711-1492), Felipe II (España), austro-húngaro, napoleónico e incluso el británico. La salida del presidente egipcio hoy es una invitación a la reflexión y una advertencia para Occidente y Oriente Medio, dado que estamos ante un nuevo escenario, donde el Islam más radical juega sus cartas, tomando como ases la desesperación, la pobreza y el subdesarrollo de más de 1.200 millones de personas en el Planeta, tal vez fruto de una mentalidad enclavada en la Edad Media.
Oriente Medio vive un momento histórico, pero también preocupante e incierto, dado que podría quedar en suspenso y en claro riesgo los acuerdos de paz entre Israel y sus vecinos, concretamente, con Egipto. Los Hermanos Musulmanes, en consonancia con su proximidad a Hamas que gobierna en la Franja de Gaza, ya han señalado que no respetarán esos acuerdos de paz de Camp Davis de 1978 suscritos por los presidentes Annuar El Sadat y Jimmy Carter, por Egipto y Estados Unidos, y el recordado primer ministro de Israel, Menahem Beguin (z"l). Todo apunta a que el Gobierno de Israel tendrá que redefinir toda su estrategia para mantener intacto el difícil equilibrio en esta zona.