¿Quieres caldo?...Pues, toma dos tazas... De esta manera, se podría resumir todo la energía derrochada por el pueblo egipcio para recuperar la libertad y la dignidad. El poder de Hosni Mubarak muere matando, cabría decir, pues ha transferido al Ejército todas sus atribuciones, aunque, todo parece indicar, de forma interina, hasta que se convoquen elecciones libres y se elija un nuevo jefe de Estado, si es que se celebran. Las noticias de agencias divulgadas hoy, no dejan espacio a la duda, el directorio militar que gobierna el país desde el pasado viernes, ha suspendido la constitución y disuelto el Parlamento, es decir, ha aplicado unas medidas que tienen todos los parámetros de un Golpe de Estado en toda regla, muy sui generis, pero eso sí, bendecido por el dimisionario Hosni Mubarak. Confío en no errar en esta apreciación cuando sostengo que posiblemente la sociedad civil egipcia haya salido del fuego para meterse en las brasas, acuciado por la falta crónica de libertades y por la pobreza económica, más agudizada por la actual coyuntura internacional.En esa tesitura se ve la población del mundo árabe, casi sin distinción, al menos, en el Norte de África y Oriente Medio.
Esta claro que después de tanto jaleo, que ha supuesto unas pérdidas de más de 6.200 millones de dólares, alguien tendrá que poner orden en la casa, porque se corre el riesgo de caer en el caos y la anarquía, con la particularidad de estar ante el principal estado árabe de Oriente Medio, hasta ahora con buenas relaciones de vecindad con Israel, en virtud de los acuerdos de paz de Camp Davis de 26 de marzo de 1979. Sobre este particular, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas no se ha pronunciado al respecto. Ya el premier israelí, Benjamín Nethanyahu, se había mostrado ligeramente esperanzado ante el principio de determinación de los nuevos gobernantes de mantener el status quo de las relaciones bilaterales o del Tratado de Paz.
Esa especie de idilio queda suspendido en el aire, a merced de las decisiones que adopten los nuevos dirigentes del país, ya sea los que están ahora de hecho, o los que resulten legítimamente designados en las urnas. El fantasma del integrismo islámico recorre todo el mundo árabe y se larva en Occidente, con una propagación realmente significativa, y si no, sólo basta mirar hacia Alemania y Francia, que sin haber soportado la dominación musulmana como ocurrió en España, entre el 711 y 1492 de la era común, si se han convertido en su suelo patrio, con todas las prerrogativas como ciudadanos de pleno derecho y con mayor capacidad de influencia.
Suspendida la constitución y disuelto el parlamento, sólo cabe pensar en un nuevo proceso constituyente, previa convocatoria de elecciones generales libres. Las claves residirán en la orientación política de los partidos que reciban el encargo de redactar y aprobar una nueva ley fundamental y en los ideales que conformarán su contendido.
Sin embargo, en el nuevo mensaje de las Fuerzas Armadas no se habla de nueva constitución, sino de reformar la ahora suspendida, y someterla a referéndum, bajo la premisa apuntada por la cúpula del Ejército de que “cualquier futura ley se tendrá que basar en la libertad del ser humano, la aplicación de la ley, la justicia, la democracia y la lucha contra la corrupción”.
Egipto ha derrocado a su propio Sha de Persia, y confiemos en que no traiga a un nuevo ayatolah, o un nuevo régimen al estilo de Irán. Si bien el pueblo puede tener la última palabra en condiciones extraordinarias, también es cierto que una decisión errónea equivaldría a perder todo lo ganado en apenas 18 días, y enmudecer otros 30 años.
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