“En décimo día de este séptimo mes será el día de las Expiaciones, de convocación santa y afligiréis vuestras almas (mediante el ayuno). Será para ustedes un Shabat de descanso solemne en
el cual afligiréis vuestras almas. A los nueve días del mes de Tishri por la tarde, de tarde a tarde guardaréis vuestro descanso”. (Vayikrá 23:23-32).
Día del Perdón o Yom Kipur.
Tal es el mandato bíblico concerniente a Yom Hakipurim, el Día de la Expiación, en el que el ayuno, la plegaria y la penitencia denotan su santidad y solemnidad. Este día marca la culminación
de los diez días de penitencia y realmente llega a conformar el día más importante del calendario judío. El ayunar y abstenerse de todo alimento y placer físico durante 25 horas, llega a ser verdaderamente una expresión externa de completa sumisión al dominio del espíritu. Ciertamente, no es una fiesta negra, no hay nada tétrico o lúgubre en un día en el que nos acercamos al trono
de nuestro Padre Celestial para buscar la expiación y el perdón por nuestros errores. Por el contrario, es una fiesta radiante que asegura al transgresor la absolución y el perdón si el cambio en su corazón es sincero y su resolución a abandonar el sendero equivocado es determinante.
La transgresión, se admite, se debe con frecuencia a la satisfacción de apetitos materiales. Pero el ayuno en si mismo, que está considerado como una ayuda inapreciable en el proceso de ruptura
con el pecado, carece de valor a menos se le acompañe con un arrepentimiento sincero o teshuvá.
Si alguien dice:-He de pecar y en el Día de la Expiación vendrá la absolución-, no habrá perdón para él. Si la sinceridad está ausente, si la antigua forma de vida que desafía las
obligaciones Divinas persisten, no caben ni expiación ni absolución. El Judaísmo siempre invita e incita a la persona arrepentida a acercarse al Creador sin intermediarios. Pero el poder expiativo de Yom Kipur no se extiende ni se aplica a las ofensas contra el prójimo, a menos que hayamos hecho todo lo que estuviera en nuestras manos para rectificar los errores. En este sentido, el Rabí Elazar ben-Azariá, señala que “las transgresiones del hombre contra D-s el Día de la Expiación las absuelve, pero aquellas contra su prójimo, el Día del Perdón no las expía a menos que y hasta tanto éste no se haya reconciliado con su próximo y reparado el error cometido”.
Yom Kipur representa toda una oportunidad para pedir perdón a quienes hemos causado un daño o agravios, pero también para ser generosos en la reconciliación y el perdón. Una ocasión única
para reconducir nuestra vida, nuestros actos y relación con nuestros semejantes y con todas las criaturas o seres vivos, para respetar ese legado que D-s nos ha dejado desde la Creación y transmitirlo a las futuras generaciones en las mejores condiciones posibles. Esa idea de expiación y de teshuvá nos debe acompañar todos los días hasta llegar a los próximos días terribles en los que
el Santo, Bendito Él, juzga nuestros actos, con su infinita misericordia.
Yom Kipur de 5773 comienza con la puesta del sol del martes, rezo de Kol Nidre, y finaliza el miércoles, tras la plegaria de Neila, una hora después de la puesta del sol. En Canarias, el ayuno comienza antes de las 19:42 horas aproximadamente.
Fuentes:Centro Educativo Sefaradi de Jerusalem. Comentario y fotos: Rafael Ben-Abraham Barreto, Israel Gráfico.
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